Ayer por la mañana, en el programa de TV3 Tot es mou, Débora y Josué explicaron cómo desde su infancia habían padecido abusos sexuales y psicológicos por parte de diferentes miembros de la iglesia evangélica Samaria de la ciudad de Terrassa. Afirmaron además, que no habían sido las únicas personas que habían sufrido este tipo de abusos, algo que se corroboró con varios testimonios anónimos en directo, y mensajes de correo enviados al programa por parte de personas que afirmaron haber padecido también situaciones abusivas en esta iglesia.
En el programa intervino después Pau Simarro, consejero de Asuntos Jurídicos de Ferede[1] y del Consell Evangèlic de Catalunya, que explicó lo mismo que el comunicado que hoy mismo ha publicado Ferede: Que cuando en 2022 tuvieron conocimiento de esta situación se retiró cautelarmente la acreditación al pastor de la iglesia evangélica de Samaria, y se dio de baja a esta iglesia como miembro de la Federación.[2] Además, informó que se presentarían como acusación particular en este caso para apoyar a Débora y Josué, y que ofrecían también su apoyo al resto de víctimas que denunciasen. Que no lo habían hecho antes porque era necesario que las víctimas denunciaran, algo que ha ocurrido en este momento, casi tres años después de que supieran lo que había ocurrido.
Aunque la iglesia evangélica Samaria desapareció después de que en 2022 saliera a la luz todo esto, Débora, Josué, y muchas otras víctimas de agresiones sexuales de esa comunidad, explicaron que la iglesia sigue en el mismo lugar pero con un nombre distinto, y que algunos de los abusadores permanecen dentro de ella realizando actividades con menores. Una iglesia que en este momento ya no forma parte ni del Consell Evangèlic de Catalunya, ni de Ferede. Algo que no han dejado de reiterar hoy estas dos instituciones, incidiendo en el hecho de que Ferede no es una estructura jerárquica, y que no puede intervenir en los asuntos internos de las iglesias y entidades que la forman, y mucho menos en las que no forman parte de su federación. Aquí habría que hacer un breve inciso, y recordar que sí intervinieron amenazando con la expulsión de la federación a los pastores e iglesias que casasen a personas del mismo sexo. Supongo que esto último lo consideran peor que el abuso sexual de niños y niñas de siete años.
Aunque pienso que Ferede y su consejero Pau Simarro —que tuvo que pasar un duro trago en directo tratando de explicar algo que es difícilmente comprensible— tienen razón en el hecho de que se está comparando el funcionamiento de las iglesias evangélicas con el de la iglesia católica, y confundiendo a la Ferede con la Conferencia Episcopal Española; su actuación es a todas luces insuficiente si la valoramos a nivel institucional, y poco evangélica, si la valoramos bajo los principios del evangelio.
Si el foco se pone en la comparación con la iglesia católica, pues tiene toda la razón Pau Simarro, Ferede actuó desde el primer momento quitando la acreditación al pastor y expulsando a la iglesia de su federación. La gestión de la iglesia católica en España con los casos de pederastia en su seno, está lamentablemente a años luz de esta actuación. Ferede ha tenido tolerancia cero cuando ha sido conocedora de estos hechos. Además ha creado un protocolo para tratar de evitar, detectar y dar respuesta a situaciones de este tipo. Sin embargo, esta forma de aproximarse a los abusos sexuales y psicológicos dentro de la iglesia no es suficiente, y que no sean conscientes de ello revela uno de los grandes males de las iglesias evangélicas en España, sino el mayor de ellos. Me refiero al fundamentalismo y al legalismo.
Las justificaciones de Pau Simarro, y el comunicado de hoy de Ferede, pueden ser impecables a nivel legal, pero nadie que tenga un poco de empatía, y que haya escuchado a Débora y a Josué explicar el duro proceso emocional que han tenido que pasar hasta llegar a poner una denuncia por los abusos sexuales y psicológicos que han padecido desde que tenían siete años, puede entender por qué el Consell Evangélic de Catalunya y Ferede no han hecho algo más para darles apoyo psicológico y legal, por ejemplo. Ni tampoco por qué se han desentendido de las atrocidades que ocurrían dentro de esa comunidad, después de haberla expulsado. Es cierto que legalmente no tienen ninguna responsabilidad, pero eran conscientes de que dentro de esa iglesia que un día formó parte de su federación —y que ahora se denomina Iglesia Cristiana Paraula Viva— había niños y niñas que corrían un riesgo muy alto de padecer abuso. ¿De verdad que con la expulsión ya podían dormir tranquilos? ¿No podían hacer algo más?
Para cualquiera persona que los escuche parece que lo único que les interesa —o lo que más les preocupa— es dejar en buen lugar el testimonio de las iglesias evangélicas. Esto es lo que ha ocurrido hasta la fecha en otras ocasiones similares —porque ha habido otras veces y Ferede lo sabe—: Que se han silenciado los abusos para no dar un mal testimonio al resto de la sociedad, y se ha utilizado el buenismo para ayudar y acompañar a las víctimas, cuando no se las ha abandonado a su suerte, o se ha dado gracias a dios cuando han abandonado la iglesia. En definitiva, se ha tratado de defender la institución protegiendo a los violadores, se ha hecho un daño aún mayor a las víctimas, y se ha permitido que niños y niñas de familias evangélicas estuvieran en peligro.
En mi opinión, lo mejor que se puede hacer ahora, es pedir perdón, pero no solo con palabras —que también—, sino con acciones decididas, poniendo en el centro de todo a las personas, no a la institución, y creando protocolos que de verdad estén al servicio de los evangélicos de este país, de sus hijos y de sus hijas. No tanto del testimonio de las iglesias. Protocolos hacia las personas, no hacia las instituciones. Protocolos que de verdad, sean evangélicos.
Carlos Osma
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El Discípulo Que[er] Jesús ∀maba,
[1] Federeación de Entidades Religiosas Evangélicas de España.
[2] https://ferede.es/ferede-se-pronuncia-sobre-el-caso-de-presuntos-abusos-sexuales-que-senalan-a-responsables-de-una-iglesia-evangelica-en-terrassa/