Pin pinela


Tengo una crisis desde hace unas semanas que tiene que ver con mi profesión, y me gustaría compartirla con vosotras. Me dedico a la enseñanza, concretamente doy clases de matemáticas en un instituto de Barcelona. Bueno, o eso era lo que yo pensaba hasta ahora, porque el otro día mientras dibujaba en la pizarra un cilindro para explicarles a mis alumnos cómo calcular su volumen, me pregunté si no les estaba incitando a la homosexualidad (¡la heterosexualidad masculina es tan débil e inestable!). La cosa no quedó aquí, y casi me entró un síncope cuando me percaté de que había pintado el cilindro de amarillo (¿estaré transmitiendo al alumnado subconscientemente que quiero la libertad de los presos políticos catalanes?). Me giré aturdido para ver a mis alumnas (bueno, de sus padres y madres, o del Estado, ya no lo sé), pero parecía que no se percataban de mis elucubraciones (a las ocho de la mañana están todavía dormidas), así que les dije: “Obriu la llibreta i copieu el cilindre amb la fórmula del volum”. Definitivamente tuve que sentarme en mi silla para valorar si estaba o no rompiendo España al hablarles en catalán.

Como veis me siento fatal, creo que voy a pedir el traslado a Murcia porque allí con lo del pin parental seguro que no tendré tanto estrés. Si una alumna no quiere saber qué es un cilindro, pues pin rojo, si su familia no quiere que aprenda a poner un condón, entonces pin transparente, si se oponen a que conozca que es la identidad de género, un enorme pin rosa con dos piedras para lanzar, y si no quieren ni oír hablar de feminismo (pin azul), derechos humanos (pin amarillo... ¡ostras amarillo otra vez!), literatura universal (pin marrón), música de los ochenta (pin pinela).... Hay que respetar la libertad de las familias en cualquier momento... ¿o no? Pues la verdad tampoco lo sé, porque se ha creado tal debate esta última semana sobre el tema, que ahora ya no estoy seguro ni de a quién pertenecen mis alumnos: Si a dios (según los integristas), a sus familias (¿si son adoptados también cuenta?), al Estado (según la ministra Celaá “roja, socialista y amiga de separatistas”), ¿a todos? ¿a nadie? ... ¿Con quién hago las reuniones si además de profesor soy el tutor?

Ayer mi desorientación alcanzó su punto máximo cuando al leer el comunicado de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) sobre el pin parental[1], va y me encuentro que dicen que el debate acalorado sobre el pin parental es un falso debate y que creen que con él se está sembrando la desconfianza entre la escuela y los padres. ¡Se me quedó la cara de tonto! Jamás pensé que pudiera leer algo parecido, se han vuelto tan progres como el profesor de religión católica de mi instituto. Sí, mi compañero se llama Lluís, y el otro día me dijo que el verdadero debate no se debería centrar en saber de quién es la responsabilidad de nuestros alumnos, que eso es una cortina de humo. Que lo importante es poner en el centro al partido que ha propuesto la medida: VOX. Según él, Ciudadanos y Partido Popular están tan acomplejados que lo único que hacen es seguidismo, y que como se vuelvan a presentar en las manifestaciones del orgullo gay, él mismo les va a poner un pin en (no os digo donde porque me parece poco educado -a pesar de ser profe de religión, pierde los papeles cuando se enfada-). Vamos, que el tema se reduce, según él, a que hay un partido de extrema derecha que está logrando imponer su discurso y que, si no hacemos nada, en poco tiempo vamos a parecer uno de esos países donde los evangélicos fundamentalistas imponen sus morales retrógradas (luego me pidió perdón por meterse con los evangélicos y me dijo que él tiene amigos como yo que lo son y que nos aprecia... que es tolerante, pero que las cosas son como son, y hay que llamarlas por su nombre).

Total, que lo que dijo FEREDE, como os he contado antes me dejó así como raro, no me esperaba esta salida de guion. Gracias a dios que pocas horas después leí el verdadero, divino, y tres veces santo comunicado de la Alianza Evangélica Española (AEE)[2], que echaba un rapapolvo a la ministra Celaá (“roja, socialista y amiga de separatistas” -esto no lo decían, pero todos sabemos que lo piensan-) por decir que los hijos no son propiedad de los padres (¡válgame dios!). Y al igual que VOX, aducía que en los centros educativos se está imponiendo un código de valores cargado de ideología (no tengo muy claro si no le gusta que haya un código de valores en los centros educativos, o que no sean los suyos). Sea lo que sea, tienen razón, y creo que me estoy decantando por su propuesta, que es como debe ser, y que no solo dice las cosas por su nombre, sino que dice la verdad. Además, si los adolescentes de ahora se deprimen y tienen ideas suicidas porque les llamen maricones de mierda, es porque son una nenazas educadas en una sociedad sin valores cristianos. En la época franquista, con valores profundamente cristianos, a los niños protestantes los insultaban todos los días en el colegio con cosas peores y no hubo para tanto. Lo que no te hunde, te hace más fuerte. Así que, en resumidas cuentas, la AEE le ha dado la mano a VOX, ¿quién podría imaginar que fuera de otra manera? VOX es la defensora de los valores cristianos en nuestro país. Y es por eso que propongo que el premio Unamuno Amigo de los Protestantes 2021, que cada año otorga la AEE, sea para Santiago Abascal. No es evangélico pero poco le falta, y defiende nuestros principios evangélicos como nadie.

Esta mañana, convertido en un neoconverso voxtestante filoAEE, he tirado mi tiza amarilla, los cilindros, y he dejado de hablar en catalán en clase. Mis alumnos me han preguntado si me pasaba algo, que me veían muy raro. No les he contestado, me he limitado a abrir el libro, pero antes de que pudiera comenzar a explicar, una alumna ha levantado la mano y me ha dicho que su compañera de detrás la había insultado llamándola “puta tarada bollera de mierda”. Me ha dado pena (soy cristiana verdadera), pero le he dicho que si tiene algún problema se lo comente a su familia, a la ministra Celaá, a Pablo casado, Santiago Abascal, la AEE, FEREDE, Conferencia Episcopal, al Consejo Islámico, o a quien sea responsable de la educación en valores en mi clase, pero que yo estaba allí para empezar el tema de sistemas de ecuaciones, y no para decirles cómo deben tratarse unas a otras. Me he sentido fatal, pero nadie dijo que ser cristiano (y profesor) fuera fácil.


Carlos Osma


Notas:


[1] https://www.actualidadevangelica.es/index.php?option=com_content&view=article&id=12061:2020-01-20-17-14-13&catid=46:actualidad
[2] http://www.aeesp.net/2020/01/21/aee_pin_parental/














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