El Discípulo Quer[er] Jesús ∀maba para Ferran Piñeiro

El sábado 13 de abril tuvo lugar la presentación de El Discípulo Quer[er] Jesús maba en el Centre LGTBI de Barcelona. Comparto con vosotres la intervención de una de las personas que participaron para dar su opinión sobre el libro. En este caso, la intervención de Ferran Piñeiro, miembro de la Germanor Obrera de Acció Catòlica[1].

Muy buenos días, y muchas gracias a la Associació Cristiana de Lesbianes, Gais, Transsexuals i Bisexuals de Catalunya[2] por la organización de este acto y a Carlos Osma por invitarme a participar.

El Discípulo Quer[er] Jesús maba es un libro de teología en el que su autor hace una exégesis (explicación e interpretación del texto bíblico) del Cuarto Evangelio siguiendo el método narrativo, es decir, una comprensión del mensaje del relato bíblico basado en las formas de la narración.

Cuando Carlos Osma me invitó a compartir con vosotros lo que me ha aportado la lectura de su libro, creí que tenía que empezar por reconocer la honestidad del autor al hacer explícita desde qué posición y desde qué opción fundamental hace teología. Porque toda teología se hace desde una posición determinada y con unas opciones concretas, que cuando no se explicitan o se pretende hacer creer que son neutrales, es porque se está haciendo teología desde el poder y con la voluntad de reforzar el poder.

Y Carlos Osma está en las antípodas de todo esto, él es una persona que nace y crece en el seno de una familia protestante en una sociedad culturalmente y socialmente de mayoría católica -experimenta lo que es ser parte de una minoría “marginada” porque su familia y su comunidad lo son-. Una familia obrera que emigra de Andalucía a Euskadi y de Euskadi a Castellón en busca de trabajo -experimenta lo que es la explotación porque su familia sabe qué es tener únicamente su fuerza de trabajo para asegurarse la subsistencia-. También es un hombre cis gay que vive y sufre en primera persona que significa ser discriminado. Carlos Osma hace teología desde aquí, porque no puede experimentar a Dios si no es desde su propia realidad y, por tanto, no puede hacer teología si no es desde su experiencia vital.

¿Y desde qué opción fundamental hace teología? Después de leer el libro no me queda ninguna duda: identificándose como una persona queer, que él mismo explica en este libro que es una opción política desde la discriminación, la marginación y la explotación a favor de las personas discriminadas, marginadas y explotadas. La comunidad joánica y Carlos comparten esta misma posición, personas que no es que quieran otra sociedad, sino que necesitan otra sociedad en la cual todas las personas sean verdaderamente hermanas -porque ya no hay judío ni gentil, hombre ni mujer, libre ni esclavo, porque todos somos uno en Jesucristo-.  Y esta es su opción fundamental: seguir a Jesús para construir esta utopía humana y divina que llamamos el Reino de Dios y que, como nos recuerda Carlos en su libro, no sabemos cómo es, y el camino hacia su consecución no se parece muchas veces al que nosotros esperábamos, y nos sorprende por imperfectos, pero no por eso perdemos la esperanza.

Carlos Osma nos puede explicar qué es y que anhela la comunidad joánica porque él de alguna forma se ha hecho parte de ella. En el caso de Carlos hubiera sido fácil abandonar la fe, renunciar a vivirla en comunidad, pero no, toda su obra es un clamor en la esperanza, teología en estado puro, una invitación a seguir a Jesús. La relación con Dios es una relación personal vivida en comunidad, y si alguna comunidad no te quieren, el problema no es tuyo como discriminado, como marginado, sino que lo tiene la comunidad que discrimina y margina. El amor de Dios es incondicional, literalmente sin condiciones. Cuando una comunidad impone condiciones a las personas en función de su identidad de género, orientación sexual, etc. renuncia a ser instrumento del amor de Dios.

Él hace teología desde la opción de definirse queer, pero no se dirige exclusivamente a la comunidad queer sino a la humanidad entera. Y en este sentido, la suya es Teología en mayúsculas. Y decía al principio que lo que quería compartir con vosotros era esto: centrarme en la importancia de la posición y la opción desde la que Carlos Osma hace teología.

Ayer Dios me hizo un regalo, un inmenso regalo. Me encontré con una exalumna nuestra, digo nuestra porque Carlos y yo trabajábamos en el mismo instituto hace unos cuantos años. Yo estaba en el autobús cuando ella se dirigió a mí por mi nombre y me preguntó si la reconocía, y efectivamente, yo sabía quién era y así se lo dije. Pero no sabía su nombre, no es que no lo recordara, es que ella nunca me lo había dicho. Porque cuando era alumna de mi tutoría la sociedad le había asignado un género que no era el suyo. Le pregunté cómo había vivido el tiempo que había estado con nosotros en el instituto y, con gran felicidad por mi parte me dijo que muy bien, que de hecho no le importaría volver a aquella época. Y entre muchos recuerdos me explicó que Roser, la profesora de música, cuando preparaban un concierto de Navidad dijo: «Ahora las chicas poneos aquí», y ella se quedó sentada sin saber qué hacer; entonces la profesora la miró y le dijo: «¡Venga! ¿Qué esperas? ¡Ponte aquí!».

Carlos, gracias por tu libro porque hay mucha gente que cuando Jesús las invita a seguirle se quedan sentadas sin saber si la invitación las incluye, y leyendo tu libro pueden sentir que Jesús las mira y les dice: «¡Venga! ¿Qué esperas? ¡Sígueme!».

Ferran Piñeiro

El Discípulo Que[er] Jesús ∀maba 

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[1] https://goac.cat/

[2] https://www.acgil.org/

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