Índice de libros prohibidos

 


La primera edición del Índice de libros prohibidos data de 1551, contenía casi 700 libros que la Inquisición española pensaba que podían confundir a los desvalidos católicos de manos de falsos judeoconversos, musulmanes, servidores de satanás, o herejes protestantes. Este índice fue modificándose con el tiempo, y en 1872 se hizo la última edición. O al menos eso es lo que pensábamos hasta que hace un par de semanas una jueza de Castellón diera la razón a la Asociación de Abogados Cristianos, y se creara uno nuevo con 32 libros prohibidos con los que el lobby LGTBIQ estaría tratando de confundir a los desvalidos adolescentes castellonenses.

Tengo que decir que lo primero que hice al conocer la noticia fue mirar el listado de libros prohibidos para ver si aparecía mi Solo un Jesús marica puede salvarnos, pero no, lamentablemente parece ser que no confunde a ninguna dulce y tierna muchacha. Después, volví a repasar el índice prohibido para ver si con un poco de suerte habían incluido el Tirant lo Blanc de Joanot Martorell. Y es que todavía recuerdo las tardes calurosas del mes de mayo en las que mi profesor de valenciano de 3º de BUP hacia apología de la heterosexualidad con este libro y nos leía citas como: «Y como vio que se iba y que no podía tocarla con las manos, le alargó la pierna y le puso el pie debajo de las faldas. Con el zapato le tocó el lugar vedado mientras le colocaba la pierna entre los muslos». Pero no, tampoco este libro aparecía, así que me imaginé por un momento que se hacía justicia y en la biblioteca del Instituto Jaume I de Borriana al lado del Tirant lo Blanc alguien había puesto mi Solo un Jesús marica puede salvarnos. Sé que es imposible, la clasificación de las bibliotecas los sitúa en un lugar diferente, pero soñar es gratis.

Del sueño me despertó un escalofrío, cuando recordé textos de la Biblia que dicen que si una joven se casa sin ser virgen debe ser apedreada (Dt 22,20-21), si dos hombres se acuestan juntos deben morir (Lv 20,13), si alguien ofrece sacrificios a otros dioses debe ser asesinado (Ex 22,19), o si una persona no obedece al sacerdote o al juez debe morir (Dt 17,12). ¡Seguro que la Biblia estará en el índice!, pensé. Pero tampoco. Al principio me alegré de que en este caso la Asociación de Abogados Cristianos, que seguro conoce estos textos, supiera contextualizarlos y no viera ningún peligro en ellos para los vulnerables adolescentes de La Plana. Aunque después me asaltó la duda de si estos abogados piensan que esos textos deben ser matizados, de si creen que en este caso los adolescentes y sus profesores son lo suficientemente críticos para analizarlos cuando tienen que trabajar con ellos, o si dan por sentado que ningún adolescente lee la Biblia en los institutos de la Costa de Azahar. De lo que sí estoy seguro es de que si comienzan a surgir índices de libros prohibidos en institutos, la Biblia tiene todos los números para acabar apareciendo en alguno.

Ahora tengo otra gran duda, porque estaba a punto de empezar a leer el libro El fin del armario de Bruno Bimbi, y no sé si debo hacer caso a los Abogados Cristianos y quemarlo en alguna hoguera, o mejor lo envío a un artista fallero de Borriana para que lo utilice como material de su próxima falla (así apoyamos también las fiestas). Imagino que todo lo que Bimbi cuenta de la homosexualidad dentro de la Iglesia es mejor que no lo leamos ni yo, ni todas las y los adolescentes de los institutos de Castellón. ¡Ostras! Que alguien hable con los Abogados Cristianos porque han olvidado incluir en su índice los dos de Kryzstof Charamsa: La Primera Piedra y Dos hombres, siete pecados. Bueno, bueno, bueno… Pensándolo bien se han dejado la trilogía LGTBIQ más peligrosa de todas: Ética marica de Paco Vidarte, Elogio de la homosexualidad de Luís Alegre, o Por el culo de Javier Sáez y Sejo Carrascosa. Supongo que los Abogados Cristianos no los conocen… por ahora. Yo por si acaso, los pongo en una caja y los envío a la Falla de la Mercé de Borriana para que el próximo 19 de marzo los hagan arder mientras la fallera mayor llora desconsolada.

Ahora me pongo serio para reconocer que solo he leído dos de los libros prohibidos. El primero es: A la conquista del cuerpo equivocado de Miquel Missé, que considero uno de los libros que más me ha influido a la hora de entender la transexualidad, y cómo afectan los discursos biologicistas en la construcción de la identidad y el cuerpo de las personas trans, pero también del de las cis. Como no soy un Abogado Cristiano, yo lo haría lectura obligatoria, o al menos recomendable, para los alumnos de 4º de ESO o de 1º y 2º de Bachillerato. Como no soy un Abogado Cristiano, me gustaría saber qué piensan mis alumnos sobre afirmaciones que aparecen en este libro como: «Sentirse hombre o mujer es profundamente relativo, es una vivencia subjetiva y particular y a la vez una característica colectiva que se construye socialmente». Preguntarles qué les aporta y en qué son críticos. Como no soy un Abogado Cristiano, me gustaría invitar a Miquel Missé para que hiciera una charla en el centro donde trabajo antes de que los Abogados Cristianos presenten también una denuncia en Cataluña y algún juez trate de impedirlo. Y antes de que prohíban leer sus entrevistas, os recomiendo que, si todavía no lo habéis hecho, leáis la que me concedió hace un par de años: Muchísima gente habita cuerpos que odia.

El segundo lo leí este verano, y es: ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?. La autora, Jeanette Winterson, es considerada una de las mejores autoras inglesas de este siglo y hace tres años fue nombrada comandante de la orden del Imperio Británico por sus servicios a la literatura. La novela es impactante, una especie de autobiografía en la que Winterson cuenta su infancia tras ser adoptada en una familia pentecostal de la que no recibe cariño: «A veces tienes que vivir en lugares precarios y temporales. Lugares inadecuados. Lugares erróneos. A veces el lugar seguro no te ayuda».  Y nos relata qué en la adolescencia cuando la descubrieron en la cama con una amiga, la llevaron a la iglesia y allí le hicieron un exorcismo. Imagino que es esto lo que no le gusta a los Abogados Cristianos, que las personas LGTBIQ tengan voz propia para explicar sus experiencias, su forma de ver el mundo, pero también las injusticias a las que han sido sometidas. Y cuando esto no lo pueden parar, pues tratan de poner todos los impedimentos posibles para que nadie las escuche.

La Biblia Valenciana, de 1478, fue la tercera Biblia impresa del mundo en un idioma moderno, hoy no queda ningún ejemplar entero, la Inquisición se encargó de ello. Hay personas e instituciones que nos quieren hacer volver atrás, a las épocas más oscuras de nuestra historia. Sería un error creer que está todo conseguido, las libertades siempre deben ser defendidas. No tiene por qué ser con acritud, pero sí con determinación, la sociedad no se construye sola. Afortunadamente en esta ocasión han fracasado, hoy mismo el juez que valoraba el recurso ha anulado el secuestro de los libros que aparecían en el índice de libros prohibidos creado por la Asociación de Abogados Cristianos. Hay que celebrarlo con una buena paella y unas mandarinas de Castellón, justo ahora empieza la temporada, pero no hay que bajar la guardia.

 

Carlos Osma

 

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