2019, el año de un Jesús marica


Como el resto del mundo, no sabía lo que me esperaba cuando comenzó el 2019, así que justo ahora que termina miro hacia atrás y siento que este ha sido un año que dejará en mí una huella especial que difícilmente olvidaré. No lo recordaré como el año 2019, sino como el año de Solo un Jesús marica puede salvarnos.

No miento si digo que no era consciente de la montaña rusa en la que me iba a montar el día que tumbado en la playa le dije a mi marido que iba a publicar un libro con una selección de artículos que había escrito en los últimos años. No tenía experiencia, no sabía cómo se hacía, y estaba convencido de que difícilmente una editorial cristiana se atrevería a publicar un libro como el mío. Pero los caminos del Señor son inescrutables decía mi madre... Y un proyecto tan descabellado se fue haciendo posible gracias a muchas personas maravillosas que me echaron una mano; y a una buena planificación que consistía en ordenar las prioridades, e ir de la primera a la segunda sin pensar en la tercera.

Ferran, Josep, y mi marido me ayudaron en la selección y modificación de artículos. Jesús Romero me corrigió el manuscrito, y mi amigo Renato Lings se ofreció a hacerme el prólogo. Estaba tan agradecido por lo que habían hecho, que me sentía en la obligación de que finalmente el libro se pudiera publicar, aunque no tenía ni la más mínima idea de cómo hacerlo. Fue entonces cuando apareció milagrosamente Miguel Ángel que se encargó de la edición y de darme varios consejos en cuanto a la distribución. A todos ellos les estoy profundamente agradecido por el apoyo incondicional que me mostraron desde el primer momento.

Cuando el libro se publicó finalmente empecé a recibir mensajes de personas que lo leían y me explicaban las cosas con las que se habían sentido identificadas, aquellas otras que les ayudaban a plantearse las cosas de una manera diferente, o incluso con las que no estaban de acuerdo. Y me sorprendió que no lo leían únicamente cristianos LGTBIQ, de eso me percaté cada vez más en las diferentes presentaciones que he realizado. La primera fue en la Biblioteca de El Masnou, invitado por la entidad LGTBI Som Masnou, y la última en el Espai Jove Garcilaso organizado por el Grup d’Amics Gais. Pero hice otras, entre ellas la presentación oficial en el Centre de Recursos LGTBI de Barcelona, en la Biblioteca Francesca Bonnemaison, en la Iglesia Protestant Betel-Sant Pau, o en la Església Evangèlica Betlem (¡hasta 13 presentaciones en total!). En todas ellas me han acompañado personas que querían apoyar mi trabajo y dar su punto de vista sobre el libro: Emu Fernández, Katy Pallàs, Rafael López, Maite García Fosch, Krzysztof Charamsa, Rosé Solé, Víctor Hernández, Ada Castells, Ignacio Simal.... Muchas gracias a ellas, a ellos, y a quienes no he citado (la memoria nunca ha sido mi fuerte).

El momento para mí más difícil de 2019 fue cuando la librería Proyecto Logos en Málaga sufrió el boicot de los fundamentalistas por vender mi libro. Me dolió que se pusiera en riesgo el trabajo y el prestigio de Pablo Medina, una persona que siempre actuó con buena fe. Agradezco desde aquí a todas las personas que están distribuyendo el libro para que más gente lo tenga a su disposición, y puedan leerlo si así lo desean. El respeto a la libertad es, en mi opinión, una línea roja que nadie debe saltarse, y mucho menos en nombre de Dios.

Sin duda uno de los regalos que me ha traído este libro tiene que ver con una persona: Noemí Farré. Ella hizo posible que pudiera viajar hasta Buenos Aires. Ella, y mi grupo de apoyo que organizaron las actividades: Andrés Gioeni, Marcelo Saenz, Sergio López y Marcos Saúl Sánchez. Personas que son capaces de hacer parecer fácil lo complicado (organizar las presentaciones en un tiempo récord), de convencerte de que somos amigos de toda la vida, y que compartimos un proyecto de igualdad y dignidad por el que vale la pena luchar. Gracias a Thomas Hanks por ofrecerme su casa, y por sus aportaciones sobre el libro. Uno no pude hablar todos los días con autores de los que ha aprendido tanto. Allí en Buenos Aires realicé tres presentaciones: en la Iglesia Evangélica Río de la Plata, en Tigre en una muestra de fotografía de la memoria trans, y en el 4º Encuentro de Cristianos LGTBIQ Argentina. Fue un momento donde hablé con tanta gente, que soy incapaz de recordar todos sus nombres, recuerdo eso sí sus preguntas y sus palabras de cariño. Que mis libros estuvieran a la disposición de todo el mundo se lo debo a Hernán Dalbes de JuanUno1 Ediciones, que hizo la impresión y la distribución del libro en Argentina. Un placer conocerle a él y a su familia.

Y respecto a los medios de comunicación, muchos se hicieron eco desde el principio. Gracias a Noemí Poncela por conseguir la entrevista para El Periódico, a Reyes Varela y Hugo Soriani para Página 12, y a Cristianos LGTBIQ Argentina por la entrevista en su página. También a Cristianos Gays por publicitarlo en su revista. A La Mechuda, a DiversitatsFm o al programa Pasaba por Aquí, por hacerme un espacio en sus programas de radio. Uno va aprendiendo poco a poco a desenvolverse en estos medios, pero reconozco que a mí todavía me queda mucho por mejorar.

Miro hacia atrás, y no me creo del todo lo que ha ocurrido este 2019, pero me quedo con lo más importante para mí: la gente, la buena gente. Los mensajes intercambiados con personas que nunca he visto pero que siento tan cerca, las conversaciones alrededor de una mesa comiendo pizza o asado, los abrazos de tantas personas con las que comparto, además de una exclusión, una fe en Jesús. Y miro hacia adelante y veo que mi libro sigue su camino casi solo, en unas semanas la Editorial Costa-Amic sacará una edición en México, la traducción al italiano está en proceso gracias a Marco Galvagno, y en unos días estará lista la traducción al inglés, gracias a Clarisa, que se publicará el primer semestre de 2020.

Se que me he dejado a muchas personas por nombrar, y lo siento, esta reflexión pretendía ser un homenaje a quienes han colaborado para que mi libro Solo un Jesús marica puede salvarnos viera la luz y pudiera llegar a tantas personas. A todas ellas, y a las que he nombrado anteriormente, me gustaría devolverles al menos un poco de lo que me han aportado en 2019, haciendo que para mí sea un año inolvidable. No puedo hacerlo, pero espero que les sea suficiente pensar en todas aquellas personas que leyendo Solo un Jesús marica puede salvarnos se han reencontrado con un Jesús que les habla de un Dios que les ama como son, y que les pide que no se dejen arrebatar nada por parte de la LGTBIQfóbia:  ni la Biblia, ni el amor Dios, ni ninguna de las maravillosas plumas con las que han sido bendecidos.

Muchas gracias a todas y a todos,

Carlos Osma





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