Lanzando un guante
Me han pedido que explique mis impresiones
sobre la visita que realicé hace unas semanas a Buenos Aires, esta vez en
referencia a los grupos de cristianos LGBIQ que conocí en cada una de las presentaciones
que realicé del libro “Solo un Jesús marica puede salvarnos”, o en las charlas
que mantuve con varias personas que formaban parte de comunidades inclusivas. La
verdad es que me resistía a hacerlo porque mi visita fue relámpago y todo lo
que puedo decir adolece de un análisis realmente profundo. Pero bueno, me lo
han pedido, y aquí voy, a dar mi opinión. Aceptando de antemano que algunos de
mis lectores argentinos pensarán lo mismo que mi amiga “La Mechuda”
cuando me conoció: “Oh, no, otro hombre, gay, europeo, blanco... que quiere
darnos su opinión”.
Si algo me sorprendió gratamente, es la
cantidad de entidades y personas cristianas que trabajan por la inclusión en Buenos
Aires. La Fundación Otras Ovejas tuvo la amabilidad de darme alojamiento, realicé
presentaciones en la Iglesia Evangélica Río de la Plata, también en la
actividad sobre la Memoria Trans organizada por ICM Tigre, y en el encuentro de
Cristianos LGTBIQ Argentina. Conocí el Ministerio Gracia & Libertad, o la
fuerza y determinación de Protestantes por la Diversidad. Hablé con personas
que provienen de entornos católicos, bautistas, luteranos, anglicanos,
metodistas o pentecostales. Algunas eran LGTBIQ, otras no; unas querían que sus
iglesias fueran más inclusivas, otras lo daban por imposible y se comprometían
en crear ellas mismas espacios de inclusión. Algunas entidades tenían experiencia
y recursos, otras los suplían con imaginación e ilusión. En definitiva, en
Buenos Aires me topé con muchos cristianos y cristianas que no se rinden y que
trabajan por erradicar la LGTBIQfobia de sus iglesias y de la sociedad. Ojalá
en mi ciudad, en Barcelona, hubiese un movimiento tan plural y transversal
dentro de las diversas comunidades cristianas.
Recuerdo que en una comida previa al
encuentro de Cristianos LGTBIQ Argentina, me preguntaron si había algo que me sorprendiera de todo lo que había visto durante mi estancia, y no conseguí justificar
completamente mi respuesta, pero vine a decir que quizás tanta división, tantos
grupos trabajando cada uno por su lado, no era lo más operativo. Posteriormente
durante el encuentro, una de las personas que presentaba comentó la percepción
que yo les había trasladado e hizo una llamada a la unidad. También con los amigos
que organizaron mi estancia en Buenos Aires surgió alguna vez esta misma conversación,
aunque tampoco las circunstancias dieron para poder profundizar sobre el tema,
así que aprovecho ahora para hacerlo algo más extensamente.
Como cristiano protestante, con toda la
diversidad que atesora, y también como miembro de la comunidad LGTBIQ que reivindica
el derecho a ser y sentir diferente, sé que la unidad no tiene que ver con la
uniformidad, con la eliminación de las diferencias y la creación de una única
manera de ser cristiano LGTBIQ. Es lógico y positivo que existan diferentes comunidades
LGTBIQ, es razonable que haya distintas maneras de dar respuesta a la pregunta
de si se debe transformar la propia iglesia que arrastra costumbres homófobas,
o crear comunidades nuevas. No todas las personas LGTBIQ se sienten bien en
comunidades inclusivas únicamente porque lo sean, hay muchos otros elementos
que entran en juego. Así que la diversidad de propuestas, es más una riqueza
que un problema, una muestra de salud más que de enfermedad.
Lo que no se puede negar sin embargo, es que
la unión hace la fuerza. De esto encontramos muchos ejemplos en la Biblia (como
de casi todo me dirán algunas), pero el que para mí viene más al caso es el de
las tribus de Israel antes de que se instaurara la monarquía. No me estoy
saliendo por la tangente, ni quiero entrar a hacer aquí una clase de Biblia,
pero cada tribu tenía costumbres, lugares, e incluso tradiciones diferentes,
que no ponían nunca en duda la unidad entre ellas. De hecho, cuando tenían que responder
a algún peligro se unían para dar una respuesta conjunta. Y es a esta unidad a
la que yo me refería cuando hablaba de la necesidad de encontrar estrategias
conjuntas que tengan una incidencia mayor en las iglesias y en la sociedad
argentina (catalana, española, italiana.... en cualquiera claro).
Así que desde aquí me atrevo a lanzar un
guante al movimiento LGTBIQ cristiano y sus aliados en Buenos Aires (que es el
que he conocido): me refiero a la creación de un grupo de personas, una o dos
de cada iglesia o entidad que trabaja por la inclusión y también otras que, aunque
no formen parte de ninguna entidad, son reconocidas por el trabajo que realizan
en esta misma dirección. Este grupo se podría reunir de manera periódica
(trimestral, semestral...) y ayudaría a coordinar esfuerzos, a crear actividades
conjuntas que permitieran crear lazos de unión entre las diferentes entidades, y
a incidir con más fuerza no solo en las iglesias argentinas, sino también en el
resto de la población. Unas acciones en las que estarían involucradas todas las
entidades, cada una de la forma que pueda y con los recursos de que disponga.
La finalidad no es crear una estructura, con cargos, subcargos; si no un lugar
de trabajo que ayude a sacar el máximo provecho a toda la energía que tantas
personas están poniendo actualmente en Buenos Aires para crear verdaderos
espacios de inclusión cristianos.
Esto es solo una idea, un esbozo en la
mente de un hombre, gay, europeo y blanco que ve las cosas desde la distancia
(y con cierta envidia, por qué no decirlo). Si sirve de algo evidentemente
serán las entidades cristianas LGTBIQ argentinas las que tendrán que darle
forma argentina a lo que acabo de proponer. Si no es así, seguro que encontrarán
la estrategia más efectiva. Yo simplemente agradezco la oportunidad que tuve de
conocer a tanta gente que me hizo sentir siempre como en casa. Cristianos y cristianas
con los que me unía la misma experiencia de exclusión, pero también la mima fe
en Jesús.
Carlos Osma
Puedes encontrar el libro "Solo un Jesús marica puede salvarnos" en Amazon.
En Argentina está disponible en Mercado Libre
Para ver las librerías donde está disponible pincha aquí.
Comentarios