Pedro Zerolo: "Actos de vida".
“Estoy preparado para el
tránsito... he contribuido a cambiar un poquito la sociedad... de irme mañana
me iría tranquilo... sabiendo que he hecho lo que tenía que hacer: un buen
trabajo. He querido mucho a la gente que me ha querido[1]”.
Supongo que no soy el único que
al enterarse esta mañana de la muerte de Pedro Zerolo ha tenido una sensación
rara; como si fuese una persona cercana, alguien que forma parte de tu vida, la
que ha fallecido. Y es que mientras escribo estas líneas, tengo en mi mesa un
dibujo con muchos colores del que Zerolo también es responsable. Un dibujo de
un enanito sonriente bajo un corazón y unas letras que dicen: “Para Papá”.
Sin la labor de personas como él, la familia que hemos construido mi marido y yo,
probablemente hoy no existiría. Así que allá donde estés: gracias.
El segundo mundo del que formo
parte es el LGTBI. Muchas personas intentan evitar identificarse con él, quizás
porque todavía no han superado la negación impuesta por la homofobia interiorizada
de la que no pueden desprenderse. Para quienes me vieron nacer, este mundo,
cuando lo conseguían nombrar, era un peligro. De él no se podía obtener nada
bueno, sólo tristeza, desenfreno, falta de valores, sexo sucio y repulsivo...
Personalmente descubrí que como en todos los lugares hay gente que se mueve por
intereses que van desde los económicos al deseo de reconocimiento, o
simplemente la necesidad de sentirse útiles. Sin negar todo eso, el movimiento
LGTBI que conozco trabaja por la justicia. Así , sin rodeos, intentando que la vida
de todas las personas sea más libre.
Pedro Zerolo, una de las personas
más relevantes dentro del movimiento LGTBI español de los últimos años, definía
su trabajo como “Actos de vida”, implicándose en acciones que hacían
posible una vida más feliz para todas y todos. “Actos de vida” que
mejoraban el mundo en el que vivía, y el mundo en el que vivían los demás. Que
paradoja fue para mí descubrir, gracias a personas como Zerolo, que en un
colectivo donde la religión se percibe como enemiga, se vive de forma clara el
evangelio. El movimiento LGTBI tiene una evidente voluntad de construir una
sociedad más justa y de acabar con las actitudes excluyentes que producen el
sufrimiento de las minorías y de las mayorías sin poder. Si algo me ha enseñado
el comportamiento de Zerolo, es que el mundo no se cambia por mandato divino,
sino siendo sensible a las injusticias que nos rodean. Una sensibilidad que
probablemente es más aguda cuando uno mismo ha sido objeto de opresión.
Pedro Zerolo decía que uno de los
armarios de los que había tenido que salir era el del ateísmo. Se definía como
ateo sin dudarlo, y decía que vivía para vivir intensamente, tanto lo bueno
como lo malo. Cuando en una ocasión le preguntaron que haría si tuviera a
Dios cara a cara, respondió: “Sé que si Jesús de Nazaret viviera hoy estaría
con los más desfavorecidos y los perseguidos, también con las personas LGTB,
defendiendo la igualdad de trato, consideración y oportunidades. Al lado de los
que sufren, de los desahuciados”. Creo sinceramente que se olvidó decir que
también estaría con las personas que como él trabajan por quienes no reciben un
trato justo y digno.
Aunque conmocionado y triste por
la muerte de Pedro Zerolo, me siento agradecido por su labor y su ejemplo de
sinceridad y militancia. En una ocasión comentó que “El amor es siempre
militante”. Sea cual sea el origen del amor, sea cual sea la fuente que lo
sostiene, ateos, agnósticos y religiosos compartimos la idea de que es el amor
el que puede cambiarlo todo. Y que sólo el amor que se implica, que milita, que
es capaz de arriesgar, es amor verdadero. Así que de nuevo gracias, gracias por
tu militancia, por tu muestra de amor por la justicia que en mi caso, no ha
servido para cambiar un poquito mi mundo, sino para transformarlo de arriba
abajo.
[1]
Declaraciones de Pedro Zerolo en una entrevista realizada hace a penas un
mes. https://www.youtube.com/watch?v=z5-0bX0UHd4
Comentarios
De mi corazón brota un solo sentimiento: GRACIAS Pedro... (Mt25, 21)
Descansa en paz...
Un abrazo