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Mostrando entradas de mayo, 2014

¿Qué nos hace cristianas y cristianos?

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Podemos poner todas las condiciones que queramos a esto de ser cristianos: formar parte de una iglesia, cumplir una moral determinada, ser heterosexual, leer la Biblia e intentar vivir bajo una de sus interpretaciones. Podemos poner el listón tan alto o tan bajo como se nos antoje, intentando buscar el perfil de cristiana y/o cristiano que nos parece más sublime, más divino, más cercano al superhombre o la supermujer por la que Jesús murió en la cruz. Pero muy poco, o incluso nada de todo eso, tiene que ver con lo que en realidad nos ha hecho seguidoras y seguidores de aquel perdedor que no formó nunca parte de una iglesia, que tuvo conflictos con la moral de su tiempo, que jamás afirmó que la heterosexualidad era condición necesaria para construir el Reino de Dios; que no leyó la Biblia de manera literal, o que incluso se atrevió a reinterpretarla para que las mujeres y los hombres de su alrededor fueran más felices. Lo que nos ha hecho cristianas y cristianos es sen

¿Se puede ser cristiano y fundamentalista?

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Para responder a esta pregunta tendríamos que situarnos en un entorno determinado, y si ese entorno son las iglesias evangélicas en España, yo diría que ser fundamentalista es la única forma posible de ser cristiana y cristiano. O al menos esa es la posición oficial, la que se impone, la que dice por donde ir y por donde no ir, la que decide quien puede seguir y quien debe marcharse; la que bendice las iglesias, teologías, pensamientos o iniciativas con el tan anhelado sello de garantía evangélico.

Dietrich Bonhoeffer. La gracia cara.

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El teólogo y pastor Dietrich Bonhoeffer fue ejecutado en el campo de concentración alemán de Flossenbürg la mañana del 9 de abril de 1945. Un hombre que rechazó toda escapatoria “espiritual” ante la barbarie nazi, y que entendió el llamado cristiano como entrega total a la realidad del mundo. Su mensaje, poseedor de la fuerza que imprime la acción a la palabra, produce tanto admiración como rechazo, pero ha influido profundamente en la Iglesia que le sucedió. Nace en Breslau el 4 de Febrero de 1906 en una familia numerosa, burguesa y culta. Con apenas 6 años, su familia se traslada a Berlín donde el padre trabaja como profesor de Psiquiatría y Neurología en la universidad. Pese a que su madre era hija y nieta de teólogos, sorprendió que Dietrich decidiera estudiar teología, cosa que hizo con éxito en Tubinga y Berlín. Su tesis doctoral “La comunión de los Santos”, defendida en 1927, refleja ya su interés por la esencia de la Iglesia. Continúa su formación como vicario, en