Pesebres que huelen a muerto
Es posible que la falta de vida recorra el pesebre al que nos acercamos todos los días, y en vez de empoderarnos con la esperanza de la irrupción de la salvación, nos empecinemos en colocar, como en el famoso cuadro del Guernica , una María que sostiene en sus brazos al Mesías muerto que ya no puede hacer nada por nadie. Un Mesías que algún poder totalitario bombardeó desde el cielo una vez tras otra hasta hacerlo desaparecer. Y así, nuestro pesebre en blanco y negro, lleno de dolor y resignación, sea el símbolo de la muerte de nuestra fe, esperanza y amor. Pasa todos los días, y aunque nos llamemos cristianos, nuestro Cristo es una víctima que ni tiene, ni puede dar vida, porque le fue arrebatada nada más nacer.