Distancias
Entre el mundo y el ser humano hay un abismo infinito, no importa que abramos bien los ojos para captarlo o que los cerremos para concentrarnos en los sonidos u olores que desprende; se nos escapa irremediablemente. Incluso las cosas más cotidianas, aquellas que parecen evidentes e intrascendentes, son como fantasmas; cuando nos acercamos con atención a ellas se desvanecen como el humo. Pero no hay otra posibilidad que aceptar esta realidad escurridiza donde nuestra existencia tiene lugar, y por tanto, rendirnos ante la tentación de creer haber encontrado la forma perfecta de vivir en esta vida desconocida.