Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2012

Un psiquiatra en el armario

Imagen
No hay mayor enemigo para la aceptación de las personas homosexuales que la homofobia interiorizada. Ese es uno de los poderes con los que convivimos cada día y contra el que tenemos que aprender a lidiar. No me estoy refiriendo a la nuestra, que jamás deberíamos dar por desaparecida, sino a aquella que atrapa a muchas personas que están dispuestas a hacernos daño si con ello calman por un tiempo el dolor que sufren por no vivir de acuerdo a lo que son. En mi época de estudiante universitario vivía un gran conflicto interno entre mi fe y mi orientación sexual. Era algo que llevaba oculto y no tenía los elementos necesarios para poder enfrentarlo. Es por eso que decidí visitar a un conocido psiquiatra evangélico que había tratado a otras personas en mi situación. Pensaba por entonces que la única persona que podría ayudarme tenía que ser psiquiatra y evangélica, algo que el tiempo me ayudaría a ver como una gran estupidez.

La fe evangélica, una fe en movimiento

Imagen
Los que hemos crecido dentro de un entorno cristiano sabemos lo fácil que es caer en la tentación de cuidar la fe como si fuera una reliquia. El ejemplo de todos los que hicieron tanto por transmitírnosla pesa mucho, a veces demasiado. Y cuanto más nos empeñamos en conservarla, más nos damos cuenta de que nos alejamos de ella. Sólo cuando nos atrevemos a tomarla en serio, y estamos dispuestos a ensuciarla con nuestra cotidianidad llena de incongruencias, fracasos y algún que otro éxito, descubrimos que la vivimos como ellos lo hicieron. Nuestra fe tiene un pasado que no deberíamos menospreciar, somos parte de una cadena de tradición que nos enriquece con sus aciertos y sus errores. Incluso la forma en la que nos acercamos a Dios se la debemos a quienes nos educaron. Nunca podremos agradecerles suficientemente que nos mostraran a un Dios con el que podemos hablar, que nos ama y que está siempre a nuestro lado. Y todo esto sin grandes palabras, simplemente con su ejemplo, que e