Volver a Galilea e ir a casa
En los últimos versículos del evangelio de Marcos, el ángel le dice a María Magdalena, a María la madre de Jacobo, y a Salomé, que Jesús había resucitado y que ya no estaba en el sepulcro. Les pide además que informen a los discípulos de que han de volver a Galilea, solo allí encontrarán de nuevo a Jesús. Tiene muy claro que la buena noticia tiene poco recorrido en Jerusalén, la ciudad del Templo, que es el símbolo del poder religioso dispuesto a todo para que no cambie nada. Por eso los discípulos tienen que salir de allí y dirigirse al espacio donde reside el contrapoder del Reino: Galilea. Justo hacia ese lugar nos desplazamos en esta reflexión, y hacemos parada en los doce primeros versículos del capítulo dos del evangelio de Marcos.