Homosexuales acosados por la ideología fundamentalista


Quien desee realizar un viaje al pasado, o simplemente ver hasta dónde puede llegar el cristianismo cuando se reflexiona y se vive desde una experiencia fundamentalista, puede visitar la revista Protestante Digital. Allí constatará como se les revuelven las tripas a los abanderados del movimiento fundamentalista español al pensar que en los próximos días se celebrará en muchas ciudades del mundo la fiesta del Orgullo LGTBI, mientras ellos son incapaces de celebrar de una manera mínimamente digna y alejada del sectarismo, el V Centenario de la Reforma Protestante. Su editorial “Cristianos acosados por la ideología de género” no sólo es un insulto gratuito a millones de personas LGTBI, sino también a la inteligencia de sus lectores. Aunque más preocupante que lo anterior es que esta revista, al igual que la entidad que la creó y cuya ideología pretende imponer el pensamiento único en el movimiento evangélico (Alianza Evangélica Española), intenta desde hace tiempo importar de “las américas” un estado de opinión que identifica a los cristianos evangélicos como víctimas del colectivo LGTBI, que supuestamente pretende negarles el derecho a la libertad de expresión.

Para poner cara a los abanderados hispanos del discurso más conservador del cristianismo yanqui, en la dirección de esta revista podemos encontrar a Juan Antonio Monroy y a Pedro Tarquis, y en la junta directiva de la Alianza Evangélica Española de nuevo a Pedro Tarquis, pero también a Jaume Llenas o Marcos Zapata. Para quienes no los conozcan les puede ser útil saber que por ejemplo este último, Marcos Zapata, saltó a los medios de comunicación generalistas hace unos años por impartir cursos sobre “cómo criar hijos heterosexuales” y por crear el Foro Hx donde se formaba a pastores para ayudar y apoyar a los cristianos homosexuales que “por voluntad propia” querían dejar de ser homosexuales.

Pero volviendo al editorial de Protestante Digital, y con la escusa de la dimisión del Presidente del Partido Liberal británico, Tim Farron, por el supuesto continuo acoso de los medios de comunicación para que expresase sus ideas personales sobre las relaciones homosexuales; ésta aprovecha para presentar a los evangélicos como víctimas de persecución por parte de la inquisición del lobby LGTBI, simplemente por creer y expresar lo que la mayoría de cristianos creen: que la práctica de la homosexualidad es un pecado.

Si empezamos por el final, simplemente diría que lo que la mayoría de cristianos creen no tiene porqué ser cierto, de hecho tenemos la suficiente experiencia para saber que generalmente en temas que tienen que ver con los derechos humanos no suelen acertar. En muchos momentos de la historia la mayoría de cristianos han sido racistas, o la mayoría de cristianos han pensado que se podía aniquilar o utilizar como mercancía a quienes habitaban un continente entero como América. Se ha apoyado mayoritariamente la pena de muerte, la guerra, la caza de brujas, el robo sistemático de las colonias... Y sin necesidad de ir a otra época, la mayoría de cristianos actualmente creen que las mujeres deben estar subordinadas a los hombres. Sinceramente, al ver la composición de la junta directiva de Protestante Digital y de la Alianza Evangélica Española, me he quedado con la duda de si ellos en la reivindicación de los derechos de las mujeres están o no con la mayoría de los cristianos.

En cuanto al acoso de los medios de comunicación, pues la verdad es que supongo que Tim Farron no se ha caído hoy del cielo y conoce muy bien como funciona esto. De todas formas estoy de acuerdo en que muchas veces los medios de comunicación más que informar, actúan como medios de presión al servicio de los intereses de algunos lobbies. Sinceramente no creo que éste haya sido el caso, pero desde aquí mi oposición a estas practicas, que no por habituales dejan de ser poco éticas. Sin embargo me llama la atención que el lobby fundamentalista de la Alianza Evangélica Española se rasgue las vestiduras por algo que ella también hace cuando tiene la oportunidad. Sólo hace falta recordar como presionó para que FEREDE aprobara la amenaza de expulsión de cualquier pastor o comunidad evangélica que case a personas del mismo sexo, o como jaleo la vergonzosa expulsión de las comunidades de la IEE del Consejo Evangélico de Madrid por mostrarse a favor de la inclusividad de la homosexualidad dentro de sus iglesias.

Que el lobby fundamentalista tiene una fijación con el sexo, salta a la vista, una de las maravillosas frases de este editorial afirma que: -Vez tras vez, hasta la extenuación (el lobby gay), le exigió (a Tim Farron) que “desnudase” su alma-. No sé si algún psiquiatra (de los de verdad) puede intuir algo diferente a lo que yo veo tras ese terror del autor del editorial a ser violado. Podría haber sido algo más objetivo y haber dicho que los medios de comunicación no favorables a los Laboristas, intentaron a la desesperada ganar votos sacando a la luz las posiciones homófobas de Tim Farron. Algo que personalmente me parece genial, ¿se hubiesen callado si fuese racista, o machista, alcohólico o bígamo en la intimidad? Pues, una sociedad que entiende la homofobia como un problema y una lacra contra la que hay que luchar, tampoco debería callarse en una situación como esta. Además, los ciudadanos ya nos hemos dado cuenta de que tras la imagen que los políticos pretenden darnos en los medios de comunicación, en ocasiones se esconden otros discursos e intereses que más tarde se aplican a las políticas que inciden en la sociedad y que poco tienen que ver con sus discursos políticamente correctos y moderados.

Por último y yendo al mensaje principal que el editorial quiere transmitir: “los cristianos estamos siendo atacados por el lobby LGTBI por defender el evangelio”, me viene a la mente un versículo bíblico que creo que es apropiado: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz!1”. Según el informe del Ministerio del Interior español, el pasado año aumentaron un 36% los delitos de odio por orientación o identidad sexual, hace cinco años la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea realizó un estudio a 6.597 transexuales y un 62% declaró haber sufrido algún acoso en el último año y un 8 haber sido atacado físicamente. Hay infinidad de estudios con alarmantes cifras sobre el acoso que sufren los adolescentes LGTBI en los centros escolares y que los sitúan como el sector de la población con un índice de suicidio más alto. Pienso que si hubiera un poco de interés, sería fácil saber quien está siendo acosado y qué discursos generan odio o dan cobertura a la discriminación. No conozco ningún estudio realizado exclusivamente a personas LGTBI que forman parte de comunidades evangélicas donde el lobby fundamentalista ha impuesto su ideología, pero no me hace falta, el 100% de cristianas y cristianos LGTBI que proceden de estos entornos han sufrido acoso, discriminación, rechazo o han padecido el odio de quienes dicen predicar el amor.

Lo que creo que queda claro es que todas estas personas y comunidades que abrazan acríticamente la ideología fundamentalista que envenena nuestras iglesias evangélicas, lo hacen porque no siguen el evangelio. Si son incapaces de percibir el daño que están produciendo en tantas y tantas personas a su alrededor, es porque lo suyo es el seguimiento de una costumbre, de una tradición, pero no del mensaje de Jesús. Que se autoproclamen víctimas por no poder transmitir un mensaje de odio que destruye a personas, revela que viven fuera de la realidad, de la vida. Y sin vida, no hay evangelio, no hay cristianismo... Sólo hay una ideología que como un cáncer está destruyendo el testimonio cristiano evangélico en nuestra sociedad, y la vida de muchas personas. Por esta razón debemos seguir trabajando para que su influencia desaparezca de nuestras iglesias y de nuestra sociedad, y para esto último necesitamos que las leyes que nos protegen se apliquen. La libertad de expresión, no debe amparar en ningún caso los mensajes de odio hacia ningún colectivo.


Carlos Osma





1 Is 5,20


Comentarios

María ha dicho que…
Hay mucha intolerancia y facilidad para alzarse, además, como víctimas. Yo hoy he tenido una fuerte discusión con una persona que entiende que la homosexualidad y ña transexualidad son una enfermedad. Como si alguien pudiera elegir qué persona es!!
Me alegra leer tu artículo. Este tipo de pensamiento, tan retrógrado, solo lleva a vaciar las iglesias. Una pena...
Unknown ha dicho que…
Es cierto que la actual generación de líderes de la Alianza Evangélica Española solo son capaces de promover una forma de relacionarse con la comunidad LGTB. Su forma literal y legalista de interpretar la Escritura no les permite ver más allá.
Tienen fobia a reconocer que en la sexualidad humana hay unidad y diversidad, y que no es lícito crear tabúes a las personas que en sus congregaciones son enseñados desde niños, por otro lado no toda la Escritura es interpretada tan literalmente como en el caso de la homosexualidad.
Supongo que tendremos que poner la esperanza en la próxima generación de líderes sin renunciar a que algunos empiecen ahora a volverse más tolerantes, empezando por ejemplo a no permitir la homofobia como conducta anti cristiana y amoral.

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