Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2012

Se busca iglesia para hijas de dos padres gays

Imagen
Sí, tenemos que reconocer que “nuestra iglesia” no nos sirve en nuestra labor como padres…. Y no porque allí no se predique el mensaje de Jesucristo que queremos transmitir a nuestras dos hijas, o porque no haya un firme compromiso por los valores del evangelio que creemos indispensables para su educación. No, no es por eso. Nunca antes habíamos conocido una comunidad como “la nuestra” donde se insta a mujeres y hombres a comprometerse como cristianos en la realidad que les envuelve, a ser personas y cristianos adultos que se atreven a pensar por sí mismos, y a convivir fraternalmente con quienes piensan diferente. ¡Que maravilla haber formado parte de una comunidad como esa! Y que gran dolor tener que abandonarla. De todas formas, no tenemos la sensación de dejarla completamente, una cosa son las decisiones que debemos tomar por nuestro bien y el de nuestra familia, y otra la profunda amistad que nos une con tantas y tantas personas con las que hemos compartido cosas reales y

Del armario al museo

Imagen
Alguien me ha enviado esta mañana el cuadro de Steve Walker, “ Some family’s values”, y no he podido más que pensar al verlo, en si los homosexuales no hemos pasado del armario al museo demasiado rápido, casi sin darnos cuenta. Y en si todavía seguimos siendo objetos (antes escondidos, ahora expuestos) al servicio de la heteronormatividad. Lo primero que llamó mi atención fue la pareja gay, expuesta como una obra de arte en el museo. Una pareja que muestra su cuerpo, su belleza física, pero que a la vez transmite cierta tristeza. Para empezar no miran de frente a sus observadores, sino que son representados dando la espalda (vino rápidamente a mi mente aquel texto bíblico en el que Moisés pide ver el rostro de Dios, pero éste sólo le muestra su espalda para que no muera…. Habría que pensar si estos dioses griegos del cuadro, no producirían la misma muerte en los ojos de sus espectadores si se atreviesen a enseñar sus rostros reales). Las cabezas hacia abajo, aunque uno de ellos